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Cubierta vegetal en el viñedo

¿Qué es eso de cubierta vegetal en el viñedo?, se preguntará más de uno. ¿Para qué sirve?, pensará algún otro. Pues bien, vamos a tratar de aclarar un poco este asunto. Cuando en el viñedo hablamos de 'cubierta vegetal' nos estamos refiriendo a un sistema de mantenimiento del suelo consistente en dejar que, sobre él, se desarrolle, de forma espontánea o sembrada, una vegetación herbácea que puede ocupar toda la superficie del terreno o parte de ella y, además, hacerlo de forma temporal o permanente. Cubierta vegetal sembrada de cebada en Finca Mayorita I (Rodezno) Es una alternativa radicalmente opuesta a la clásica del 'laboreo' con la que lo que se pretende es remover el terreno con distintos tipos de aperos para mantenerlo limpio de malas hierbas y que éstas no compitan con las vides en lo que se refiere a agua y nutrientes. En España, desde tiempo inmemorial (ya el emperador Justiniano prohibió plantar viñedo en terrenos frescos y fértiles donde el trigo era capaz de rentar en condiciones) el viñedo se ha venido asentando mayoritariamente en suelos poco profundos, pobres y secos con lo que parece obvio que el laboreo se impusiera como sistema de mantenimiento de suelo. Si a duras penas las vides eran capaces de sobrevivir en condiciones tan extremas, ¿como iba el viticultor a tolerar que en sus viñedos creciera ni una humilde chiribita?. Obviamente, entre los dos extremos definidos por una cubierta vegetal total y permanente que supone mantener vegetación en toda la superficie del suelo y a lo largo de todo el año y un laboreo intensivo en el que el suelo está total y permanentemente desnudo (no hay más vegetal viviente que las propias vides), existen alternativas intermedias que permiten adaptarse a numerosas condiciones ambientales, de suelo y de cultivo. Así, a modo de ejemplo, podemos tener:

  • Una cubierta temporal: Normalmente se mantiene durante Invierno y Primavera cuando el agua en el suelo no suele ser un factor limitante. El resto del tiempo se recurre al laboreo.
  • Un sistema mixto: Consistente en dejar crecer vegetación sólo en una parte del terreno manteniendo la restante “limpia” mediante laboreo. Lo normal, en este caso, es hacerlo por calles alternas, es decir, en una hierba y en la otra laboreo.

Cubierta vegetal espontánea en Finca La Cuesta (Cenicero) Y como suele ocurrir en otros aspectos de la vida, ningún sistema es perfecto y cada uno de ellos tiene sus ventajas pero también sus inconvenientes. “Depende”, que diría Ángel Suárez, nuestro enólogo gallego de Lagar de Cervera. Por centrarnos un poco en el tema que nos ocupa que es el de las cubiertas vegetales, sus principales ventajas son:

  • Protege el suelo contra la erosión provocada por las escorrentías de las aguas de lluvia evitando arrastres de tierra y pérdidas de suelo. Esta es la razón por la que mantenemos con cubierta vegetal permanente nuestros viñedos de Rías Baixas (más de 2.000 mm de lluvia al año) y La Cuesta en La Rioja (plantación en ladera con fuerte pendiente).
  • Permite el tránsito de maquinaria y de personas en cualquier época del año y en cualquier circunstancia, incluso después de fuertes lluvias que dejarían intransitable un viñedo mantenido mediante laboreo tradicional. Ésta es la razón por la que mantenemos con cubierta vegetal temporal nuestro viñedo Las Cuevas (35 hectáreas) en Rodezno. Cuando llueve en abundancia lo usamos como “refugio” para no tener que interrumpir totalmente los trabajos en la zona.
  • En suelos fértiles y profundos donde el viñedo se desarrolla de forma extremadamente vigorosa, la competencia ejercida por la cubierta vegetal, que se “pelea” por el agua y por el nitrógeno con el viñedo, provoca que éste “baje los humos” y se desarrolle de forma más equilibrada. Esta es la razón por la que mantenemos una cubierta vegetal temporal a base de cebada en las hondonadas de nuestro viñedo Mayorita I en Briones.
  • Relacionado con el párrafo anterior, un desarrollo más equilibrado del viñedo inducirá la formación de racimos menos compactos y con bayas de menor tamaño que son factores, ambos, de calidad enológica. Además, en estas circunstancias, los racimos se desarrollarán en un microclima más favorable por estar rodeados de una vegetación no demasiado exuberante que permitirá una buena aireación y una correcta insolación. En esta tesitura el riesgo de podredumbre de la uva es mucho menor. Cubierta vegetal espontánea de Diplotaxis erucoides
  • Las especies vegetales que integran la cubierta vegetal sirven de refugio a numerosas especies de insectos y ácaros que depredarán sobre otras especies perjudiciales para el viñedo. Es, pues, una forma natural de mantener el equilibrio entre plagas y depredadores. En otras ocasiones, algunas plagas se asientan sobre la vegetación herbácea porque le resulta más apetecible que el propio viñedo quedando éste libre de sus ataques. Ejemplo de ésto es el de la araña amarilla que parece preferir parasitar sobre las malvas antes que sobre el viñedo.
  • Los viñedos mantenidos mediante cubiertas vegetales generan ecosistemas con mayor diversidad biológica que los mantenidos desnudos de vegetación herbácea. La consecuencia de ésto es clara: a mayor diversidad biológica, mayor capacidad tendrá el ecosistema para resistir frente a agresiones externas de cualquier tipo y nuestro viñedo será más sostenible.
  • Desde el punto de vista ambiental y paisajístico, la cubierta vegetal desarrollada sobre los viñedos aumenta la calidad de los mismos.

Cubierta vegetal espontánea en Lagar de Cervera En cuanto a inconvenientes, pueden citarse varios, pero entre ellos, el más importante y el que impide que haya mayor superficie de viñedos mantenidos con cubiertas vegetales es el que se da, en ausencia de riego, en zonas con escasa pluviometría o con mal reparto de lluvias a lo largo del año. En estas circunstancias, la cubierta vegetal puede provocar una fuerte competencia por el agua e inducir un fuerte estrés hídrico en el viñedo que traiga consigo una producción de uva muy mermada tanto en cantidad como en calidad. Y para ir terminado, comentaros que mi opinión personal es que, cuando se maneja una superficie de viñedo tan extensa como la nuestra, con parcelas ubicadas sobre distinto tipo de suelo y en condiciones climáticas y ambientales diversas, todo tiene cabida. Como en la paella (que me perdonen los valencianos). Lo importante es acertar con la decisión que se tome en cada situación.

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  • Arnau
    Arnau
    14 de Diciembre de 2021 a las 22:57
    Hola Roberto, te felicito por la claridad con la que expusiste el tema. Quería solo comentarte que en mi zona (centro oeste de Cataluña) las personas mayores explican que antaño era muy habitual sembrar de cereal de invierno (normalmente trigo o cebada) las calles de la viña en años alternos. Eso les permitía realizar las correslondientes labores desde la calle labrada y aprovechar mejor el terreno. La zona tiene una pluviometría media de unos 450 mm. Es solo una curiosidad. Un saludo
    enologo
    15 de Diciembre de 2021 a las 10:03
    Hola Arnau, En primer lugar, gracias por tus felicitaciones. Me alegra que te gustara mi exposición. Es una buena opción esa que te han comentado los "viticultores veteranos" de sembrar cereales de invierno en zonas de secano y con pluviometría escasa. Durante el invierno y el inicio de primavera se implantarán en el terreno sin ejercer apenas competencia con el viñedo y, posteriormente, cuando las propias vides comiencen a necesitar agua, el cereal se habrá secado sin causar problema alguno. En la época de lluvias, el propio cereal o el rastrojo que quede de él después de completar su ciclo, protegerán al suelo de la erosión, facilitarán el tránsito de la maquinaria e irán enriqueciendo el suelo en materia orgánica lo que reactivará su vida microbiana. Como anécdota te diré, que desde la vendimia hasta ahora, en Rioja han caído sobre 200 mm de lluvia y nosotros apenas hemos perdido días de trabajo gracias a la cubierta vegetal de muchos de nuestros viñedos. Un saludo, Roberto Frías.
  • Jesús Pérez
    Jesús Pérez
    9 de Julio de 2021 a las 13:14
    Buenas tardes, en primer lugar te felicito por el artículo tan interesante que has escrito, en segundo lugar encuestro muchas dudas acerca de la viabilidad en la aplicación de esta técnica en lugares con clima semiáridos en los que existe gran escasez de agua para el riego, pues es cierto que evitará mayor evaporación de las precipitaciones y del riego, al igual que enriquecer el suelo, pero las vides contarán con una mayor competencia por los recursos hídricos en detrimento de su productividad. Muchas gracias de antemano, como ya he dicho, muy buen artículo.
    enologo
    12 de Julio de 2021 a las 08:05
    Buenos días, Jesús. Tienes razón, pero que se pueden emplear especies muy poco competitivas que, además, completan su ciclo muy pronto de forma que para principios de junio pueden secarse. En este sentido y en fincas en secano estamos teniendo resultados muy satisfactorios con la gramínea "Brachypodium distachion". Un saludo, Roberto.
  • Departamento Comunicación
    Departamento Comunicación
    17 de Abril de 2019 a las 18:12
    Hola Carlos En principio, si se hacen las cosas bien, el hecho de dejar cubierta vegetal no supone que el suelo se vaya a compactar más que cuando se opta por el laboreo tradicional. Visualmente puede parecer que sí ya que cuando recurrimos al laboreo dejamos los primeros 15 ó 20 centímetros del suelo muy mullidos y esponjosos, pero por debajo de ellos, lo más probable es que estemos provocando la formación de una capa compactada ("suela de labor") debido al paso continuado de los tractores haciendo una labor, siempre a la misma profundidad, que requiere mucho esfuerzo de tracción. Éste esfuerzo, a su vez, puede hacer que las ruedas del tractor vayan resbalando y deteriorando la estructura de la capa superficial del suelo. El problema se agrava cuando hacemos una labor con un suelo con más humedad que la debida o cuando tenemos que entrar al viñedo en condiciones, incluso, de encharcamiento como puede ocurrir cuando hay que tratar después de una tormenta Cuando dejamos cubierta vegetal, efectivamente, la capa superficial del suelo se queda como "planchada" pero por debajo de ella las raíces de las especies vegetales desarrolladas están ejerciendo una labor de descompactación, al igual que la desarrollan los insectos, lombrices, ratones y topillos que van a ir colonizando progresivamente el viñedo. Yo lo que noto cuando camino sobre la cubierta vegetal es algo parecido a lo que ocurre cuando camino encima de un colchón. En ocasiones, incluso, cuando se quiere descompactar un suelo, se recurre a la siembra de especies con raíces pivotantes (Ejemplo Sinapis) que penetran en profundidad y ahuecan el terreno. Otro efecto favorable de la cubierta vegetal es que en caso de fuertes tormentas, el suelo está protegido de los impactos de las gotas de la lluvia, las cuales, también degradan la estructura y provocan compactación superficial. Si el viñedo está en ladera y lo mantenemos en laboreo, cualquier lluvia de media intensidad puede a provocar escorrentías y arrastres de tierra, tanto más, cuanto más mullido esté. Al desaparecer esta capa mullida iremos aproximando a la superficie las capas más compactadas que se encuentran situadas por debajo de la profundidad a la que somos capaces de llegar con los aperos de laboreo. En cuanto a los subsoladores o descompactadores, evidentemente, si se utilizan los de 3 brazos y se trabaja en profundidad acabaremos rompiendo raíces. Para evitar esto se suele recurrir a subsolar con una sola púa central. Haremos menos daño en las raíces pero estaremos trabajando en una franja de terreno en las que no hay tanta compactación ya que ahí no pisan los tractores. Salvo en situaciones muy muy concretas, yo no soy partidiario del subsolado. Yo llevo ya más de 20 años trabajando con cubiertas vegetales y, la verdad, lo único que encuentro en ello es aspectos positivos. Nunca he notado en el viñedo problemas derivados de la compactación. En cuanto al mantenimiento de la cubierta es muy simple: siega y, a lo sumo, algún escarificado ligero para oxigenar la capa superficial del terreno. Todo ello requiere muchos menos pases que los necesarios para el laboreo. Evidentemente, cuantas menos veces pasemos con los tractores, menos vamos a compactar. Espero haber aclarado alguna duda. Saludos, Roberto Frías
  • Carlos huergo
    Carlos huergo
    17 de Abril de 2019 a las 17:36
    El problema veo yo es como descompactar el suelo, puesto que has de renunciar al clásico arado o chisel, y según dicen el subsolador hace daño a las raíces , y el descompactador solo se puede usar para terrenos no muy compactados . Estoy intentando dejar cubierta vegetal , y me advierten de esto. Tengo un subsolador y lo estoy usando , pero con un poco de miedo , nadie tengo que tenga experiencia en esto .
    enologo
    17 de Abril de 2019 a las 18:12
    Hola Carlos En principio, si se hacen las cosas bien, el hecho de dejar cubierta vegetal no supone que el suelo se vaya a compactar más que cuando se opta por el laboreo tradicional. Visualmente puede parecer que sí ya que cuando recurrimos al laboreo dejamos los primeros 15 ó 20 centímetros del suelo muy mullidos y esponjosos, pero por debajo de ellos, lo más probable es que estemos provocando la formación de una capa compactada ("suela de labor") debido al paso continuado de los tractores haciendo una labor, siempre a la misma profundidad, que requiere mucho esfuerzo de tracción. Éste esfuerzo, a su vez, puede hacer que las ruedas del tractor vayan resbalando y deteriorando la estructura de la capa superficial del suelo. El problema se agrava cuando hacemos una labor con un suelo con más humedad que la debida o cuando tenemos que entrar al viñedo en condiciones, incluso, de encharcamiento como puede ocurrir cuando hay que tratar después de una tormenta Cuando dejamos cubierta vegetal, efectivamente, la capa superficial del suelo se queda como "planchada" pero por debajo de ella las raíces de las especies vegetales desarrolladas están ejerciendo una labor de descompactación, al igual que la desarrollan los insectos, lombrices, ratones y topillos que van a ir colonizando progresivamente el viñedo. Yo lo que noto cuando camino sobre la cubierta vegetal es algo parecido a lo que ocurre cuando camino encima de un colchón. En ocasiones, incluso, cuando se quiere descompactar un suelo, se recurre a la siembra de especies con raíces pivotantes (Ejemplo Sinapis) que penetran en profundidad y ahuecan el terreno. Otro efecto favorable de la cubierta vegetal es que en caso de fuertes tormentas, el suelo está protegido de los impactos de las gotas de la lluvia, las cuales, también degradan la estructura y provocan compactación superficial. Si el viñedo está en ladera y lo mantenemos en laboreo, cualquier lluvia de media intensidad puede a provocar escorrentías y arrastres de tierra, tanto más, cuanto más mullido esté. Al desaparecer esta capa mullida iremos aproximando a la superficie las capas más compactadas que se encuentran situadas por debajo de la profundidad a la que somos capaces de llegar con los aperos de laboreo. En cuanto a los subsoladores o descompactadores, evidentemente, si se utilizan los de 3 brazos y se trabaja en profundidad acabaremos rompiendo raíces. Para evitar esto se suele recurrir a subsolar con una sola púa central. Haremos menos daño en las raíces pero estaremos trabajando en una franja de terreno en las que no hay tanta compactación ya que ahí no pisan los tractores. Salvo en situaciones muy muy concretas, yo no soy partidiario del subsolado. Yo llevo ya más de 20 años trabajando con cubiertas vegetales y, la verdad, lo único que encuentro en ello es aspectos positivos. Nunca he notado en el viñedo problemas derivados de la compactación. En cuanto al mantenimiento de la cubierta es muy simple: siega y, a lo sumo, algún escarificado ligero para oxigenar la capa superficial del terreno. Todo ello requiere muchos menos pases que los necesarios para el laboreo. Evidentemente, cuantas menos veces pasemos con los tractores, menos vamos a compactar. Espero haber aclarado alguna duda. Saludos, Roberto Frías
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